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Y volverá a ocurrir: Información versus operaciones políticas

A todos aquellos que deseen reproducir las notas de El Barullo: No nos oponemos, creemos en la comunicación horizontal; sólo pedimos que citen la fuente. Gracias y saludos. 

Conrado Yasenza - Editor/Director La Tecl@ Eñe

Por Conrado Yasenza*

No hay manera. Los medios concentrados, con posición dominante, "órganos políticos", como deseen llamarlos han dejado de lado hace tiempo cualquier vestigio de relativa objetividad necesaria para el ejercicio del periodismo: Ceñirse a la información dura, cotejar datos, comparar versiones y fuentes diversas, relevar documentación. No. Todo es subjetividad, opinión casi pura abonada en la ideología del medio. Como sostuvo Eduardo Blaustein ante una pregunta que le realicé sobre la idea de objetividad en el periodismo: "No mataría a la objetividad de un saque como sucede últimamente desde nuestro campo periodístico sólo con la excusa de que "sólo habla la ideología" ". 

El nuevo accidente en la línea Sarmiento, ocurrido hoy a las 7,25 hs., en la estación de Once, que arrojó un saldo oficial en las informaciones del Gobierno de la Ciudad, de 35 heridos, 5 de ellos de gravedad - y que varía y variará, ya que según fuentes del Hospital Ramos Mejía serían ahora 46 los accidentados- no puede ser utilizado como parte sustancial de una nueva operación política contra el Gobierno Nacional y a una semana de las elecciones de medio término. No se pueden aventurar hipótesis, no es serio; hay un juez, Ariel Lijo, interviniendo en la causa judicial. 

El problema de los ferrocarriles es estructural, sistémico; son 30 años de desinversión y dentro de ellos 10 años de Gobierno Kirchnerista. Pero también hay que discutir las estructuras gremiales del Ferrocarril, sus sistemas de representación y funcionamiento como también sus extensiones relacionales hacia campos de coloración opaca, y resistencias al mejoramiento en cuanto a la formación política de sus cuadros y a la responsabilidad en los controles de idoneidad y salud en los trabajadores que tienen la responsabilidad de trasladar seres humanos, vidas. 

Insisto: No debiera utilizarse con malicia este nuevo accidente en el Ferrocarril Sarmiento. Pero no somos ingenuos, ya no. Allí esta Pino Solanas, en una muestra más de su desquicio ideológico y su total desavenencia con la ética que lo supo destacar, declarando a pocas horas del incidente, en la Estación de Once: “Randazzo solo maquilló trenes con pintura y plasmas”. Y el editor Jefe de Ciudad del Diario Clarín, en su nota "Y volvió a ocurrir", del sábado 19 de Octubre (ya desde el título se observa la jactancia de la profecía que espera verse cumplida), se refiere al "terror en el Sarmiento", el "peligro permanente" y ataca, otra vez, al Ministro de Transporte, Florencio Randazzo. Cito el párrafo: "El accidente de las 7.25, en el mismo andén donde en febrero de 2012 otro tren se estrelló y causó la muerte de 52 personas y más de 700 heridos, termina con la “revolución” en el sistema ferroviario que prometió en enero el ministro de Transporte Florencio Randazzo. Demuestra que fue irresponsable, como mínimo, prometer cambios que en un país en serio llevan años. Sobre todo cuando la desinversión se comió la última década." No de los últimos 30 años de desmantelamiento y desinversión que tuvo como protagonista político casi excluyente al menemato; sí la última década. Parcialidad, allí habla la ideología (no se apure el lector, no me objeten aún: Siempre habla la ideología, pero el periodismo es también otra cosa, o debiera serlo). Y termina su nota con un párrafo que ya es una señal más de la decadencia profesional en el oficio periodístico: "Los muertos, los heridos, los golpeados tienen nombre y apellido, sienten que no los cuidan y que no les queda otra que jugarse la vida día a día en el Sarmiento." 

¿La reacción del Gobierno Nacional ha sido tardía? Sí, es cierto, como es cierto que la administración del Ferrocarril atravesó alianzas administrativas con el sistema privado y el Gremio de la Fraternidad (UGOFE) que no fueron nada felices. Pero no puede desconocerse que se han realizado en estos últimos tiempos inversiones en materia de ferrocarriles tendiendo nuevos rieles, mejorando la señalización, comprando y arreglando material rodante y elementos como lo son los frenos, esenciales para el funcionamiento del sistema. ¿No alcanza? Seguro. ¿Es insuficiente?, también. Habrá que gestionar en este vital punto, también, la famosa "sintonía fina". (No faltará quien me acuse de ser funcional a la derecha y a los medios dominantes) La utilización, y las opiniones y malintencionadas “informaciones “que pudimos escuchar y leer cuando se produjo el accidente en Castelar, tendrían que hacernos reflexionar a todos sobre la falta de rigor y ética, aunque también responsabilidad empresaria, de las empresas periodísticas. También habrá que seguir trabajando fuertemente para el mejoramiento del transporte público, una de las deudas con solución parcial del Kirchenrismo. Vale citar lo dicho por Eduardo Aliverti, y no lo reproduzco textualmente: Sólo dentro de este modelo, podrán solucionarse las cuestiones políticas y sociales aún pendientes.

Pero vuelvo al inicio: No podremos evitar que ese periodismo que habla pura y exclusivamente desde la ideología, utilice políticamente este accidente a una semana de las elecciones. Carlos Marx en "La ideología Alemana" lo afirma: "Las ideas de la clase dominante son en todas las épocas, las ideas dominantes". Antonio Gramsci elaborará luego la noción de Hegemonía para, digámoslo rápidamente, referirse a la cultura dominante. Y Herbert Marcuse dirá que la sociedad es unidimensional y que su creación radica en la preponderancia de la industria cultural. En la dirección de las tres citas podemos decir que la clase dominante y sus ideas sigue siendo la misma en la Argentina de hoy: El Capital concentrado en el campo empresario-industrial-comunicacional. La Hegemonía de estas clases se sustenta en sus formas de expresión, sus sistemas de significación y los mecanismos o aparatos ideológicos desde los cuales las transforma en un "sistema de cultura dominante", es decir, los medios concentrados de comunicación social. Medios que construyen una industria cultural de la información que todo lo banaliza y espectaculariza conformando un poderoso mecanismo de oposición al cambio que se vincula a ese modelo hegemónico, a esa cultura hegemónica y a sus medios, a sus sistemas, que con posición dominante, de alta concentración, constituyen en sí aparatos ideológicos de establecimiento y reproducción de discursos dominantes.

En este marco de fuerte operación periodística sobre la política (alguien se preguntará ¿cuándo no fue así? Desde Mariano Moreno, el Padre Castañeda y la gauchipolítica, Sarmiento y Mitre y así hasta nuestros días. Aunque desde la forja del escritor y periodista profesional la situación cambió bastante. A eso me refiero), será difícil reponer ese necesario grado de objetividad que se aferre de alguna manera a los datos duros, a la información, al cruce de fuentes y versiones, a documentos, a voces diversas. Sí es posible pensar en una nueva operación político-ideológica-comunicacional que apunte a dañar seriamente, y en un momento tan especial como el de hoy, atravesado por lo trágico de un nuevo accidente en el ferrocarril Sarmiento, al Gobierno Nacional y sus figuras a una semana de las elecciones legislativas de medio término.

 

20 de octubre de 2013,.



*Periodista. Dtor. De la Revista La Tecl@ Eñe http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene

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