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Por  Conrado Yasenza*

 

El lunes pasado la Defensoría del Público, a cargo de Cynthia Ottaviano, presentó el protocolo de buenas prácticas periodísticas para el tratameinto de la información y la cobertura periodística en situaciones de catástrofe o desastre ambiental y a dos meses y 8 días de las inundaciones de La Plata. Allí se puso en discusión qué tipo de aporte realizan las coberturas periodísticas. Mi conclusión es que ninguna: Ni en AMIA-DAIA, ni en Cromañón, ni en Once. La "máchina" periodística va siempre tras la primicia - que ya no existe como tal - y tras el raiting. Y esto sustentado en el "morbo", que también es social y que implica un urgente cambio de paradigma cultural. Es decir, informar en situaciones de catátrofe o tragedias es ponerse al servicio del pueblo, informar sobre derivaciones hospitalarias, sobre paraderos, por ejemplo, y no estar contando cadáveres junto a la perversa intromisión de micrófonos y cámaras de TV en el dolor humano. No sólo no sirven para nada estas coberturas sino que dañan, confunden, vierten sal sobre la herida aún abierta de los seres sufrientes. Es pestilencia pura. Esto no es periodismo; no puede serlo más. Impera en el campo empresario-comunicacional una miserabilidad supina que es replicada, para tornarse inclasificable en su carácter de vil condición humana, por la oposición político-mediática. Lo sostengo: Este periodismo mata, aún agonizando.

 

 

14 de junio de 2013

 

 

*Periodista

Protocolo de Buenas Prácticas Periodísticas 

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