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Por Conrado Yasenza*

 

 

 

 

Una observación política que quizá requiera de la ayuda y consideración de analistas especializados (abierto está este post a ello): Libres del Sur se escindió, digamos, se fue, del kirchnerismo en el 2007, por un pésimo análisis coyuntural y buscando una salida elegante para la justificación de dicha ruptura o salida, corriendo por izquierda al Gobierno Nacional: El fin de ciclo. Hoy, en un análisis que nos retrotrae a aquel, Libres del Sur vuelve a observar un fin de ciclo y teje alianzas que se esfumarán luego de Octubre - esto ha sido explicitado por los lemas en cuestión - pero ya no con la elegancia del argumento "correr por izquierda" sino asumiendo un real posicionamiento de centro con anclaje en la derecha y festejando sus acuerdos con Prat Gay, Gil Lavedra, Fernando Pino Solanas y Elisa Carrió. Fino análisis político que se encumbra en la feria de las vanidades vacuas que sólo persigue restar la banca de senador del Frente para La Victoria en la CABA e insiste en la acción de esmerilar la potencia del Frente para la Victoria - que puede haber mermado, es cierto, pero que sigue fugando hacia adelante con políticas activas (fertilización asistida, la última) -. A Libres del Sur no le interesa demasiado el Macrismo: Ese es otro falso maquillaje. Por ello se aprecian como poco creíbles estas declaraciones de Humberto Tumini: "Hoy se sentaron las bases para confluir en un gran acuerdo político de las fuerzas progresistas y democráticas de la Ciudad de Buenos Aires en las próximas elecciones, abriendo el camino a la posibilidad de constituir una nueva mayoría política en condiciones de derrotar al macrismo y al kirchnerismo en la Ciudad". Cuánto bien le haría al sistema político argentino un sinceramiento de las posiciones ideológicas de algunos dirigentes que hacen del arte de la simulación un paso de vodevil. Pero claro, eso implicaría un sincericidio político que no se condice con la vanidad, el ego o las posturas individualistas que no contemplan las reales condiciones sociales de los sectores populares y las efectivas mejores en sus condiciones de vida material. Un punto aparte merece lo escasa seriedad que contempla la mirada que exponen sobre la minería y el serio conflicto con la comunidad Qom en particular, cuya utilización política suscita un alto grado de indignación. Con relación a la explotación minera, allí también se observa la poca profundidad en cuánto a un debate complejo sobre qué tipo de minería queremos par la Nación (una cuestión política y económica que se ha discutido desde 1813 - Año de la Asamblea - y en la páginas del periódico el Redactor de la Asamblea, cuya máxima pluma y glosa fue el representante por Mendoza, Bernardo de Monteagudo) Salvemos de estas líneas a aquellos militantes que con pasión y convicción realizan

 

 

 

*Periodista

 

 

15 de junio de 2013

Libres del sur, sin norte

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