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Giustozzi y los arándanos.

Por Conrado Yasenza*

 

 

Darío Giustozzi, el segundo candidato a diputado nacional del flamante Frente Renovador Bonaerense, el mismo que hasta hace dos semanas atrás declaraba imposible una alianza con Sergio Massa por divergencias ideológicas, ensayó una simpática metáfora frutal para describir al espacio político que hoy integra. “Si aparece una fruta nueva como el arándano o el kiwi, para explicar su sabor uno dice se parece a la guinda, otro dice se parece a la frambuesa y otro a la uva, porque todavía no la conocen. Eso somos nosotros, lo nuevo.” 

Lo nuevo, así, sin profundidad, sin densidad, lo nuevo como ideograma de lo puro, de lo renovado, eso que vendrá a extirpar del cajón de frutas ya no muy populares aquellas contaminadas, corroídas por el paso del tiempo o quizás por lo "corrupto", otro lema lanzado a la arena de la orfandad política que intenta pasar de la virtualidad al hallazgo del sagrado fruto, ese que lava, exculpa, purga incluso a aquellos que se suspendían hasta ayer en el frondoso ramaje del árbol kirchnerista. 

El intendente de Almirante Brown sabe de qué habla: el es productor de arándanos para exportación. Y, al igual que el intendente de Tigre, tiene como modelo de país y sociedad a los Estados Unidos de Norteamérica. Tal vez ello explique el extenso boulevard sembrado de palmeras que va desde Adrogué a Burzaco. Y quizás también, ese boulevard sea reflejo del Estado por el que siente admiración Giustozzi. Y arriesguemos, ya que de fruta se trata, es factible que en esta etapa de renovación ecuménica y equidistante, al intendente de Almirante Brown, como a Massa el 60 por ciento del territorio de continente ocupado por countries y donde habita el 10 por ciento de la población, le haya pesado el voto de clase media-alta y media de Adrogué a la hora de definir dar el salto hacia el fruto deseado por "novedoso". 

La novedad, entonces, es como una grieta abierta hacia el interior de la estructura del Gobierno municipal. Giustozzi debe haber evaluado los riesgos de su salto al massismo en esa búsqueda de cuñas que brotan de un mismo o aparente árbol frutal. La simulación suele ser un arte en política; en este caso podría llegar a ser un mal paso de comedia. La subsecretaria de Derechos Humanos de Almirante Brown, María Rosa Martínez, renunció a su cargo manifestando su desagrado por el viraje político del jefe Comunal. Martínez se expresó con claridad meridiana: “Las convicciones que históricamente he defendido, y mi férreo compromiso con el Proyecto iniciado por Néstor Kirchner y que hoy conduce nuestra compañera Presidenta, me obligan a tomar hoy esta decisión ".  La sangría no se detuvo allí. Alejandro Merediz, director de Derechos Humanos, acompañó a Martínez abandonando su cargo con duras críticas hacia el segundo de Massa, el productor de arándanos, el moderno vocero de lo novedoso.

 

Fresca metáfora la de Giustozzi aunque algo de su perfume devele el rancio aroma a humedad que trepa desde la base de sus cimientos. El árbol de la vida, es sabido, puede bifurcar sus senderos. En la elección de uno de ellos se juega la incerteza de llegar a destino o extraviarse dentro del espeso bosque de frutas de poder hipnótico.

 

*Periodista. Dtor. de la Revista Digital La Tecl@ Eñe, Cultura y Política





*Periodista


5 de julio de 2013

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