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Por Conrado Yasenza*

 



Lo circular de la historia debiera ser una herramienta para pensarnos, para reflexionar sobre lo colectivo y sus lecturas areca de la realidad en sentido fuerte, como diría el poeta. También, sobre las conductas que ciertos segmentos de poder han mantenido a lo largo de diferentes estadios históricos, comportamientos y tácticas que podrían ayudarnos a estudiar la génesis como síntoma y causa de un empresariado nacional deficiente y una burguesía que nunca termina de cuajar.

Los sectores exportadores y acopiadores junto a los Molineros tuvieron toda la semana en jaque a la sociedad argentina a través de una puja que es política, refriega persistente por la hegemonía del poder real en la Nación. El accionar insensible de estos sectores para con las necesidades básicas de la población jugó con un insumo alimenticio y cultural básico para la sociedad: El trigo, que tras molerse se torna en harina para el pan del pueblo. El kilo de pan Francés llegó a los veinte pesos y el Felipe a dieciocho y escuchamos a productores y molineros hablar sobre las distancias que encarecen el precio de las harinas por el traslado hasta las molineras – ¿las distancias no fueron siempre las mismas, o la sequía también extendió las rutas que llevan el insumo desde el productor al Molino? También oímos, hasta el hartazgo, sobre la mala cosecha y la falta de trigo por la "intervención del Estado" en las cuotas de siembra y producción. Y es cierto, la cosecha fue mala porque hubo una gran sequía el año pasado como también es cierto que un agresivo tipo de hongo la afectó pero no como para que faltase el trigo y se encareciera el precio de la harina y el pan como finalmente ocurrió.

Se ha dicho y escrito: La tonelada de trigo llegó a valer 500 dólares y en los últimos meses su aumento fue sostenido. Los acopiadores retuvieron lo cosechado especulando con que el alza se pronunciara trasladándole los costos al pueblo. La destituyente Mesa de Enlace pregonó por radios y sets televisivos que habría que importar trigo de Uruguay. Y faltó – si es que alguien no lo hizo - la rememoración, como argumento vacío y recurrente del encono que todo lo que huela a peronismo produce, del pan de centeno y mijo, el pan negro de Perón, en alusión al pan que se elaboró como parte del Plan Económico de Austeridad y debido la escasez de trigo por las sequías del 1949-50 y 1951-52; y como resultante de una situación económica internacional grave que derivó de la puesta en marcha del Plan Marshall que le permitió a los países de Europa, que dependían de Argentina como productor de materias primas, a producirlas ellos mismos o a comprar a otros países con la consecuente pérdida del poder adquisitivo del peso argentino.

Pero volviendo a este tiempo, al presente, conflictivo y apasionante aun en su oscuros momentos de angustia social o terror infundido desde usinas comunicacionales, bastó el anuncio de la aplicación de la Ley de Abastecimiento, decisión tomada por el Gobierno Nacional para regularizar la cadena del trigo y que le otorgó la potestad de su aplicación a la Secretaría de Comercio Interior, para que el trigo faltante aparezca y el precio registre una fuerte caída que, según los industriales panaderos, debería reflejarse en los próximos días en el precio del kilo de pan. Por medio de la Resolución 67, publicada en el Boletín Oficial, la cartera que conduce Guillermo Moreno, se comunicó que "los distintos sectores intervinientes en los procesos productivos de trigo, condición estándar y harina para panificación derivada del mismo que detenten tenencia física de dicho producto deberán ejecutar las acciones comerciales tendientes a proveer adecuadamente al mercado interno a partir del día de publicación de la presente resolución". Con la publicación de la medida, e incluso antes con el anuncio de la misma, se produjo lo que muchos, especialmente el Gobierno Nacional, suponían que iba a acontecer: Comenzó a aparecer un mayor volumen de trigo que pudieron comprar los molinos y el precio mayorista (el que pagan a los productores la exportación, los molinos y los acopiadores) se redujo considerablemente en relación con los picos más altos del mes. ¿La razón? El temor a que Comercio Interior confiscase lo que productores y acopiadores estaban guardando mientras oteaban el panorama del precio internacional de la tonelada de trigo. El temor en aquellos que siembran y acopian pensando en la renta personal, no es zonzo. La Ley de Abastecimiento (Nº 20.680) puede aplicarse a cualquier situación de desabastecimiento de cualquier sector y permite que el Estado tome decisiones, en este caso, decomisar trigo y volcarlo a los molinos al precio de paridad de exportación para garantizar la producción en el mercado interno. Es decir, lo único que se les estaba pidiendo es que vendieran al precio internacional, no que lo regalaran, como manifestó José Álvarez, presidente del Centro de Industriales Panaderos.

El Gobierno no debió recurrir a la confiscación porque con la advertencia de la aplicación de la Ley de Abastecimiento, y permítaseme la redundancia o cacofonía, bastó para que el trigo que, según declaraciones del Presidente de la Sociedad Rural, Luis Miguel Etchevehere, escaseaba por " la intervención del Estado", apareciera con la consecuente estabilización del sector en volúmenes y en precios.

Una vez más quedan en evidencia, desnudas ante la potente claridad de decisiones políticas ejercidas desde un Gobierno con vocación y voluntad popular, las estrategias que implementan los sectores del poder corporativo en su recurrente combate contra un modelo político transformador y reparador iniciado allí, y casi en soledad, por el 2003. Los dueños de la tierra no cejan en su ancestral deseo, que ilusiones de falsa aristocracia decadente le imprimieron a sus mentes, de establecer las fronteras de un país de enfiteusis en el que sólo tengan derecho a una vida digna los herederos de ese linaje que los prohijó y su descendencia.


*Periodista. Dtor. de la Revista Digital de Cultura y Política, La Tecl@ Eñe         http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene

 


 

El trigo o el pan del Pueblo

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