top of page

Allende, Fidel y el sueño de una Revolución.*

15 de noviembre de 2012

Por Conrado Yasenza**

Realmente una posibilidad extraordinaria la que nos brindó la TV Pública, de escuchar y ver, el miércoles 12 de Septiembre, la histórica conversación entre Salvador Allende y Fidel Castro en su visita (que se extendió por tres semanas) a Chile, en noviembre de 1971. Da mucha bronca observar - y esto dicho con la humildad de un compatriota latinoamericano - cómo la derecha imperialista y oligárquica es la clase dominante, desde el golpe de 1973 y hasta nuestros días, en el hermano país trasandino, y luego de tanta sangre derramada y no redimida. El Presidente Sebastián Piñera no propició acto alguno de homenaje por el 39° aniversario del asesinato de Allende pero sí se promulgó años atrás en contra del juicio que llevaba adelante el Juez Garzón contra el dictador Pinochet; en el Estadio Nacional, el mismo 11 de Septiembre pero de 2012, se jugó la fecha FIFA de las eliminatorias para el mundial de fútbol de Brasil, y el minuto de silencio fue para quien la voz del estadio anunció como el mejor arquero de la historia del fútbol chileno. Un 11 de Septiembre, parecido a una afrenta: Se podría haber utilizado otro estadio (todos sabemos el gran campo de concentración, tortura y exterminio en que se convirtió el Estadio Nacional con la dictadura del asesino Pinochet)

 

Vuelvo a rememorar fragmentos de la conversación entre Allende y Fidel, y no puedo dejar de escuchar con cierto dolor - y es relativamente fácil decir esto pasados lo años y no frente a aquel momento histórico trascendental-, las palabras llenas de convicción pero algo confiadas de quien dio la vida por el pueblo, por su mandato y por Chile Socialista y Revolucionario: Allende afirmaba estar seguro del profesionalismo del Ejército Chileno para no alterar el proceso revolucionario iniciado por la Revolución Socialista, y hasta para defenderla, y sostenía también con imprescindible convicción que la revolución ya no sería detenida por ninguna reacción fascista. Las entiendo, a pesar de cierta tristeza que confirmó el devenir histórico de los hechos, como palabras necesarias, sumamente necesarias, en ese momento en el que Chile ya afrontaba inmensos obstáculos – seamos precisos, amenazas - internos y externos; declaraciones admirables y valientes del Presidente Allende, la voz de la convicción habitaba en ese hombre de enorme altura ética y moral. Los enemigos eran claros, y los conocía: La oligarquía chilena, las clases medias privilegiadas, los medios de comunicación (El Mercurio todos los días horadando la credibilidad de la Revolución Socialista), y los sectores, vastos sectores de analfabetos dominados por el hambre y el miedo inoculados desde el poder real de las oligarquías y los medios de comunicación.

 

Fidel, mientras, y con sutil humildad, advertía acerca del peligro anidando en la reacción fascista de los sectores medios y altos, que intentarían la contra-revolución o en forma pacífica o de modo violento, como efectivamente ocurrió. Admirable la visión y capacidad de análisis de Fidel de la reacción fascista en las sociedades burguesas; esa reacción siempre latente en sus sectores medios privilegiados y racistas, en el poder de los medios de comunicación para instalar el caos y el desánimo entre la población más susceptible, la cómplice en su pereza intelectual y la desposeída de toda herramienta y en las alianzas de esos mismos medios de comunicación con el poder imperial de los Estados Unidos de Norteamérica, país que ya operaba junto a sus esbirros internos para producir la contra-revolución a la Revolución Socialista por las Urnas en Chile.

 

Bien vale detenerse en ese pasaje de la charla para advertir lo que aquí se informó cuando Allende fue asesinado: el diario La Nación tituló "Triunfó la Revolución en Chile. Murió Allende" Toda una declaración de la hermandad de las oligarquías y factores reales de poder en el continente suramericano en aquellos agitados y esperanzadores años setentas.

 

Lo que vino luego es conocido en su dimensión de espanto inimaginable: Horror, muerte, tortura, desapariciones, laboratorio para los ensayos económicos del capitalismo salvaje (con el asesoramiento del terror salvaje e inhumano para llevar a cabo la tarea); eliminación de las organizaciones sindicales y estudiantiles, desocupación, indigencia, y como resultado de todo ello, un Chile exclusivo y bondadoso para unos pocos elegidos, modelo que en los ´90 se nos expondría como el ejemplo a seguir.

 

Pero la esperanza renace en Chile, a pesar de la falta de Juicio y Castigo a los Criminales de Lesa Humanidad, y pesar de su Presidente y las fuertes fuerzas de la derecha reaccionaria. Surgen figuras jóvenes reivindicando la memoria del Chile Socialista y Revolucionario, el Chile que fue la vía de la esperanza para un continente que no podía seguir esperando para nacer. Allí está Camila Vallejos y todos los jóvenes que ojalá estén pujando para que esta era de unión latinoamericana esté pariendo un nuevo corazón.

 

*Publicado en El Ortiba, Colectivo Popular de Cultura  

http://www.elortiba.org/notapas1409.html

 


**Periodista

bottom of page